Para no dañar el motor es importante elegir una bujía con el valor térmico
adecuado. Una bujía demasiado fría transmite más calor a la culata, y los
electrodos tienden a tiznarse ya que la temperatura necesaria para que se
limipie la bujía automaticamente no se alcanza. Una bujía demasiado caliente
transmite menos calor a la culata, y en este caso el cilindro se puede
sobrecalentar y gripar